¡Ave, César!
Los hermanos Coen han inaugurado la 66ª edición de la Berlinale con
“¡Ave, César¡”, un felicísimo pastiche de los géneros que iluminaron el
Hollywood de los cincuenta que es, al mismo tiempo, el ‘via crucis’ de
un santo que se siente culpable porque no puede dejar de fumar.
Demasiado desconcertante para ser un éxito arrollador, es, eso sí, una
película disfrutable al cien por cien.

¿De qué va?: Hollywood, años 50. Eddie Mannix (Josh
Brolin) se dedica a arreglar los continuos desaguisados que convierten
Capitol Pictures en una casa de locos. Salvar a ‘starletts’ de medio
pelo, enmascarar la mala reputación de la reina de las sirenas,
proyectar a la estratosfera a un cowboy cantante que apenas sabe hablar…
Morralla ante lo que se le viene encima. Un grupo de comunistas que se
hace llamar “El Futuro” secuestra a la estrella de un ‘peplum’ de lujo
(George Clooney) y Mannix tiene que acudir en su ayuda.
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